Opinión
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De difamación y resistencia magisterial
C

omo en los tiempos del Prian, durante las pasadas movilizaciones de la CNTE se desataron campañas de linchamiento contra la CNTE, por ello es necesario aclarar, lo mejor posible, las razones de nuestra lucha, hasta dónde vamos y qué sigue.

La exigencia principal de los maestros y maestras es el regreso del derecho a una pensión digna para las y los trabajadoras que pueda ejercerse con 28 años de servicio para mujeres y 30 para hombres. Esta condición laboral fue eliminada por la Reforma a la Ley del Issste del 1º de abril de 2007 impuesta por Felipe Calderón.

Los beneficiados con la Ley del Issste de 2007 han sido los dueños de las Afore, (también propietarios de bancos, te-levisoras, etcétera), quienes han ganado cantidades estratosféricas de la forma más fácil y cómoda. Según la Comisión del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), tan sólo en los primeros cuatro meses de 2025 obtuvieron una ganancia neta de 4 mil 702 millones de pesos a costa de la precarización de las condiciones salariales y laborales de los trabajadores al servicio del Estado.

Es falso que el gobierno ya nos dio muchas cosas y queremos más. Sólo ofreció una respuesta de cinco puntos que no resuelven la problemática. En el punto uno ofrecieron el congelamiento de los años de edad y disminuir un año, cada tres, lo cual ofrece cierto beneficio apenas a 26 por ciento de docentes ubicados en el décimo transitorio (los de mayor antigüedad); mientras para otro 74 por ciento, ubicado en cuentas individuales, no hay nada; es decir, es una respuesta diferenciada y discriminatoria, inadmisible porque divide y confronta al magisterio.

La opción del Fondo de Pensiones para el Bienestar no es una solución en tanto sus recursos provienen de fuentes circunstanciales como cuentas no reclamadas y aportaciones solidarias del Estado.

Los señalamientos de que la CNTE no propuso nada son mentira: la coordinadora planteó establecer una ruta de trabajo para la abrogación, con tiempos y objetivos precisos; sin embargo, no fue aceptado por el gobierno federal.

La forma en que el gobierno presentó la información del incremento es engañosa, pues de ese 9 por ciento que dieron, sólo 4.6 es al salario base; 2.2 en prestaciones y otro 0.5 a 2.2 por ciento no será para todos. La maniobra está en que suman todos los porcentajes como si tuvieran el mismo impacto. El incremento salarial promedio es de alrededor de 30 pesos diarios.

Se esperaba que el gobierno cumpliera su promesa de campaña y sus dichos de que coincide en la justeza de la demanda de abrogación, pero no lo hizo.

No obstante, en el balance general de esta etapa de lucha, alcanzamos varios logros:

a) La CNTE puso en la agenda nacional el tema de las jubilaciones y pensiones. La Presidenta sabe que no lo puede omitir por el significado que tiene para la clase trabajadora. Hay una merma de credibilidad del magisterio hacia el Ejecutivo federal, cosa no menor si consideramos el papel político de la CNTE en las décadas recientes; en muchos lapsos fue una de las pocas organizaciones que mantuvo una real resistencia a los gobiernos neoliberales prianistas, convirtiéndose en un catalizador importante de la inconformidad social que llevó a López Obrador a la Presidencia y dio continuidad al actual régimen, sin establecer pactos corporativos. El magisterio constituye uno de los sectores más influyentes en los escenarios electorales.

b) La CNTE volvió a demostrar su gran capacidad de organización, movilización y resistencia, fortaleciendo su unidad interna, al mismo tiempo que generó condiciones para que en el corto o mediano plazo se incorporen trabajadores y trabajadoras de otros sectores en esta lucha.

c) Miles de maestras y maestros, sobre todo jóvenes, se sumaron a las acciones de la CNTE, identificando con toda claridad el papel del charrismo sindical.

El receso de nuestra lucha fue producto de cientos de asambleas de análisis con la participación de miles de docentes. La CNTE es una organización forjada desde abajo, que se interesa también por la transformación educativa y ha defendido el carácter público de ésta ante los embates de la derecha, aunque hoy digan que somos lo mismo.

Lo que sigue es continuar la lucha en otro escenario: haciendo balances, crítica y autocrítica, reorganizándonos, potenciando y diversificando nuestras estrategias de movilización, fortalecer los nexos con otros trabajadores y trabajadoras, con madres, padres, alumnas y alumnos. Seguiremos en la lucha y volveremos a las calles si los oídos sordos continúan y pese a las difamaciones.

* Profesor