El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Marath Bolaños López, inauguró los foros para la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, en los cuales se definirá, de manera colaborativa, cómo se implementará su gradualidad.

Sindicatos, representantes patronales, académicos y enviados de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se dieron cita en el Museo de la Ciudad de México, donde presentaron propuestas, entre ellas: otorgar incentivos fiscales a las empresas, aplicar la reducción con un enfoque diferenciado por sector y región, y permitir que sean las propias organizaciones sindicales quienes negocien esta disminución.

Los trabajadores no piden privilegios, piden tiempo para vivir, afirmó el diputado federal Napoleón Gómez Urrutia, quien propuso que la jornada laboral de 40 horas se implemente totalmente en 2027, tres años antes de lo previsto por la STPS. Para ello, planteó una reducción inicial de cuatro horas en 2026, con incentivos fiscales para las empresas que adopten la reforma antes.

Asimismo, propuso instalar de inmediato una comisión legislativa y técnica que analice los impactos legales, económicos y operativos de la medida.

El también líder del gremio minero expuso que los mexicanos trabajan cinco veces más al año que, por ejemplo, los alemanes, y que muchos de ellos deben recorrer hasta tres horas diarias para llegar a su centro de trabajo.

Durante el primer Foro para la Implementación de la Semana Laboral de 40 Horas –de un total de seis que se realizarán hasta el 7 de julio–, el secretario del Trabajo, Marath Bolaños, destacó que la reducción de la jornada laboral podría incrementar la productividad empresarial y, al mismo tiempo, disminuir la fatiga, los errores, los accidentes y el ausentismo.

Afirmó que existe evidencia de que las jornadas superiores a 40 horas están asociadas con depresión, ansiedad, trastornos del sueño y enfermedades cardiovasculares.

Al acto inaugural asistió la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Brugada, quien resaltó que la reducción de la jornada es una demanda histórica de los trabajadores. Detalló que, en la capital, 1.4 millones de personas laboran 48 horas semanales, de las cuales 759 mil trabajan más de 49 horas.

Por su parte, Pedro Américo Furtado de Oliveira, director de la OIT para México, coincidió en que la reducción debe ser paulatina, ya sea por sectores o por tipo de actividad, y que se prioricen las industrias u ocupaciones que requieran esfuerzos físicos o representen riesgos para la salud de los trabajadores.

Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, consideró que la vía más responsable y efectiva para avanzar en esta reforma es iniciar con una reducción de una hora, acompañada de medidas complementarias, lo cual podría beneficiar a 77 por ciento de los trabajadores.

Señaló que esta estrategia evitaría impactos negativos en la economía, como una posible caída de 6.7 por ciento o un efecto inflacionario superior a 3.3 por ciento, debido al incremento en los costos de producción y al desabasto que podría generarse por la eventual escasez de personal para producir y distribuir.

La Confederación de Trabajadores de México consideró que sería una buena noticia para los trabajadores que esta reducción gradual se aplicara en un plazo de dos años, y propuso que la reforma se eleve a rango constitucional, a fin de establecer dos días de descanso por cada cinco laborables.

El segundo foro se realizará el próximo lunes en Monterrey, Nuevo León.