Domingo 22 de junio de 2025, p. 24
Pekín. Uno de los servicios más importantes en China son los baños públicos, que generan un choque cultural a los visitantes de Occidente. Son como los que se utilizaban en la antigüedad, donde las personas deben sentarse en cuclillas.
Las más contrariadas son las mujeres, porque aunque no quieran, salpican igual que los hombres. Si no le atinan terminan con una calceta o un zapato húmedos, aunque hay quienes sufren peores accidentes al mojar su ropa o el piso y hacer un charco que sólo se ve una vez levantada.
Esto sólo lo padecen las recién llegadas a China, por lo que tienen la esperanza de encontrar baños de asiento, ya que en hoteles, aeropuertos, empresas, museos, parques de diversiones, edificios gubernamentales y universidades hay de ambos tipos, aunque prevalecen los occidentales; por ejemplo, de 10 baños dos o tres son de este tipo, así que encontrar uno genera alivio.
Estos sanitarios poseen el mismo mecanismo: tienen una caja que al apretar un botón descarga agua para llevarse los residuos. La mayoría cuenta con una repisa que tiene el tamaño exacto para colocar el teléfono celular y evitar que se caiga.
Hay otro tipo de tazas de bidé, más modernas, que a un costado tienen una manguera delgada que lanza agua a presión para asearse, esto sustituye en cierta manera el papel; sin embargo, son más comunes en las casas.

En China se considera que los sanitarios de cuclillas son benéficos, primero porque la postura ayuda a mejorar la evacuación. También se cree que son más higiénicos, pues la piel no entra en contacto con el asiento.
Si bien no existe un número oficial de sanitarios públicos en las grandes ciudades como Pekín y Shanghái, fuentes refieren que tan sólo en Henan –la tercera provincia más poblada por detrás de Cantón y Shandong– hay más de 2 millones.
En ellos no hay quien cobre por papel o que se solicite determinada cuota para usarlos. La mayoría cuenta con papel, agua y jabón para lavarse, aunque hay veces que los dos últimos no se encuentran.
La tecnología también juega un papel importante en los sanitarios, sobre todo en los hoteles de cinco estrellas, donde algunos tienen un mecanismo que calienta el asiento para evitar el frío al sentarse, sobre todo en invierno. No sólo se puede regular la temperatura, también se inclina el asiento para hacerlo más cómodo.
Si algo ha prevalecido en China es la costumbre de estar en cuclillas, no sólo para las necesidades fisiológicas, sino también para descansar. Cuando hay una fila de personas en algún lugar que implica una larga espera de pie, es común ver que se ponen en cuclillas para descansar, incluso hay quienes cierran los ojos para dormitar en esa postura.