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Conciben coreografía con y para personas con discapacidad visual

Invisible cuestiona los límites de la percepción y la inclusión en las artes escénicas

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▲ La danza contemporánea Invisible tiene funciones para todo público en el Foro Polivalente Antonieta Rivas Mercado de la Biblioteca de México.Foto Héctor Ortega/cortesía de Karina Moreno
 
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de junio de 2025, p. 3

En el Foro Polivalente Antonieta Rivas Mercado de la Biblioteca de México se presenta los fines de semana Invisible, danza-escucha contemporánea, coreografía que transita entre lo sensorial y lo emocional, creada con y para personas con discapacidad visual, pero abierta a todo público.

Original de la coreógrafa, bailarina y docente Karina Moreno (Ciudad de México, 1990), quien también la dirige, la pieza surgió como una búsqueda personal durante el último año de sus estudios en la Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello, y se ha convertido en un proyecto que cuestiona los límites de la percepción y la inclusión en las artes escénicas.

Fue estrenada en 2022 en el Centro de las Artes de Monterrey como parte del encuentro Otros territorios, y llegó a la Ciudad de México hace un año como una función piloto en el foro al que ahora regresa para ofrecer una temporada de ocho presentaciones, que concluyen el 29 de junio.

De acuerdo con su autora, el nombre de esta pieza alude a diversas situaciones: emociones ocultas, cuerpos excluidos de las academias de danza y una ciudad diseñada desde la hegemonía de lo visual.

“No me gusta etiquetarla como ‘inclusiva’. Es una investigación con la población no vidente, pero habla de lo humano: emociones, crisis y esos días cotidianos que todos atravesamos, tengamos o no una discapacidad”.

La idea nació cuando Karina Moreno, en la búsqueda de un movimiento más auténtico u honesto que la imitación de técnicas –lo que a su decir impera en la formación dancística– se acercó a la comunidad ciega por medio de la compañía Teatro Ciego Mx.

Desde mi perspectiva como bailarina, me interesaba cómo crear movimiento sin depender de la imitación visual. Al entrar en esa comunidad, advertí la manera radicalmente distinta en la que percibimos el mundo las personas videntes de las invidentes; descubrí que la relación de éstas con el espacio y los sentidos es muy distinta.

A partir de ello, la obra se construyó de forma primordial desde dos sentidos: el oído y el tacto, básicos en las personas con discapacidad visual, señala en entrevista.

Los cuatro intérpretes (las actrices Luz Adriana Carrasco e Isabel Contreras, ambas con debilidad visual, así como la violonchelista Maricarmen Graue y el actor Jesús Rodríguez, quienes padecen ceguera) guían sus movimientos con estímulos sonoros, la palabra y texturas en el piso, mientras una audiodescripción invita al espectador a imaginar la escena, no sólo desde la parte técnica, sino también la emocional.

Este último recurso representa una innovación en la danza mexicana –y acaso en la del resto del mundo–, toda vez que se ha aplicado al cine, las series de streaming, el teatro, pero no se conoce de otras experiencias similares.

No sé si esta propuesta de audiodescripción sea funcional para la danza porque, al tratarse de un arte efímero, es muy complejo describirlo en tiempo real. Lo que busqué es que sea funcional para el oyente, que pueda imaginar la escena desde un lugar narrativo, desde la palabra.

Invisible no es un “show en oscuridad” que trate de simular qué y cómo es la ceguera ni busca sensibilizar al público vidente sobre esa condición, precisa la coreógrafa. La apuesta es emocional: habla de esas tormentas internas que todos tenemos y enmascaramos.

Sin embargo, reconoce que sí hay un impacto social, aunque indirecto, al poner sobre la mesa prácticas que en su opinión están invisibilizadas, como que las escuelas de danza –y en general casi todas las de educación artística– excluyen a personas con discapacidad visual o de otra índole por requisitos físicos o falta de adaptaciones.

Las posibilidades de que una persona con cierta condición de discapacidad entre a esas escuelas y haga una carrera formativa en cualquier especialidad artística son escasas. Durante mi formación, no vi a ninguna.

Con duración de 60 minutos, Invisible incluye un recorrido táctil donde el público puede tocar los elementos escénicos. La música original de Ismael Godínez dialoga con la audiodescripción para evitar choques auditivos.

Auspiciado por el Programa Apoyo a la Docencia, Investigación y Difusión de las Artes del Centro Nacional de las Artes, las funciones de Invisible, con entrada libre, son los sábados a las 17 horas y domingos a las 13 horas en la Biblioteca de México (Plaza de la Ciudadela 4, colonia Centro, CDMX).